Las secuelas por acné constituyen una complicación y motivo de consulta muy frecuente. Las formas inflamatorias de acné (granos enrojecidos, pústulas o espinillas, nódulos y quistes) pueden dejar como resultado cicatrices permanentes; esto se debe a un desequilibrio en el proceso de cicatrización de la piel, en el cual puede haber un aumento o una degradación marcada del colágeno y tejido fibrótico. Estas se clasifican así:
- Atróficas (deprimidas): hay destrucción del colágeno
- Pica Hielo (ice pick): representan de 50% a 70% de las cicatrices por acné, tiene una forma de cono “V”
- Rolling (rollo): tienen un aspecto ondulado por su base ancha en forma de “M” que dan la apariencia de arrugas en la piel, representan hasta un 30% de las cicatrices por acné
- Boxcar (caja): 20% – 30%, tienen bordes toscos bien definidos, con una base ovalada que impresiona un formato en “U”(parecidas a las cicatrices por varicela)
- Hipertróficas y queloides: hay producción exagerada de colágeno
¿Y cómo pueden mejorar?
Los tratamientos van encaminados a mejorar la textura, color y profundidad de las cicatrices; entre estos encontramos:
- Micropunción con Nanopore induce la producción de nuevo colágeno
- Terapías con tecnología láser CO2 y/o radiofrecuencia Nanofraccionada
- Inyectables como rellenos con ácido hialurónico o con bioestimuladores de colágeno
- Subcision (para desanclar los tractos fibrosos que están debajo de la cicatriz)
Cabe aclarar, que las terapias combinadas ofrecen los mejores resultados, ya que en un mismo paciente se pueden encontrar diferentes tipos de cicatrices.